En primer lugar Día extremadamente triste hoy.
Un símbolo de historia, arte, cultura, religión… se ha perdido quemado como un palo de madera en el infierno.
El calor de ese fuego ha conseguido dejarnos congelados, con la nariz hacia arriba, mirando esa gran estrella fugaz, la torre gótica, fracturarse como polvo del tiempo en un reloj de arena.
Así mismo, lo que más sorprende y deja un vacío de preguntas es cómo puede hoy, casi en el 2020, empapados de tecnologías, pasar algo así. 800 años y pasa ahora, donde tenemos cámaras de seguridad y vigilancia 24H.
Millones de preguntas no nos ayudarán a recuperar tan maravillosa construcción gótica.
Por último, sin duda, un día de luto donde quiero compartir contigo mis recuerdos de esta catedral fotografiada con mi cámara a infrarrojos.